El rasgo más común de la ciclotimia es la presencia de cambios en el estado de ánimo. Por ello es común observar, alternadamente, aislamiento social y búsqueda desinhibida de la convivencia, momentos en que se habla poco y otros en que es imposible guardar silencio, llanto inexplicable y bromas excesivas, inapetencia y alimentación compulsiva, malestar físico y sensación de plenitud, confusión mental y pensamiento creativo, baja autoestima y confianza excesiva, y pesimismo que se convierte en optimismo y despreocupación.

Es importante señalar que tales oscilaciones, aunque irregulares y abruptas, son por lo regular menos espectaculares que en otros padecimientos. Por ejemplo, durante los períodos de mayor actividad (manía o hipomanía) es raro que el paciente pierda el control sobre su comportamiento, de modo que no incurre en compras compulsivas, actividades sexuales altamente riesgosas, uso de drogas o conducta mesiánica (hay personas que creen ser Jesús, contar con superpoderes o tener un mensaje trascendental para la humanidad), como sucede en la conducta bipolar.

Pero las alteraciones conductuales son lo suficientemente fuertes como para generar problemas en la cotidianidad. Durante los momentos de euforia, una persona con ciclotimia puede ser infiel a su pareja, retar a sus superiores o mostrarse indiferente hacia la gente, lo que ocasiona severo desgaste en sus relaciones humanas y de trabajo. Asimismo, en la etapa de depresión se convierten en desorganizados, apáticos e ineficaces, ya sea en el trabajo o la escuela, y por ello pierden importantes oportunidades de desarrollo personal.

Por desgracia, estos cambios de carácter suelen pasar desapercibidos para la familia y seres queridos, tanto porque se piensa que son cualidades "extravagantes" de la personalidad, cuanto porque se les confunde con cambios anímicos que son típicos de la adolescencia e inicio de etapa adulta (hay que recordar que en tales períodos de la vida se dan las manifestaciones iniciales con mayor frecuencia).

Además, existen al menos otros dos factores que dificultan la detección del trastorno ciclotímico. Uno de ellos, de tipo sociocultural, consiste en que la población desconoce la existencia del problema, de modo que las personas cercanas al paciente no saben que pueden acudir a evaluación cuando descubren cambios inesperados de conducta. El otro, generado por la naturaleza misma del padecimiento, radica en que los momentos de hipomanía hacen que el afectado se sienta tan bien, que rara vez pensaría en someterse a tratamiento, incluso cuando está conciente de su comportamiento inestable.

¿Qué entendemos por trastorno ciclotímico o ciclotimia?

Sería como una forma leve de Trastorno Bipolar-II (TB-II), con episodios de hipomanía y depresión leve (en ocasiones, la gravedad es similar pero no cumple criterio de duración). Con el paso del tiempo (>2 años) puede parecerse a TB-I.

El 50% expresan una depresión como síntoma principal (tienen más probabilidad de buscar tratamiento).

Casi todos los pacientes experimentan periodos de síntomas mixtos (convivencia en el mismo episodio de síntomas hipomaníacos y depresivos), con gran irritabilidad.

La inestabilidad en las relaciones y los problemas conyugales, familiares, laborales y sociales son comunes, como consecuencia de los comportamientos asociados a los episodios maníacos o mixtos.

Los ciclos son más cortos que en TB-I.

Los cambios en el estado de ánimo son irregulares y bruscos (a veces ocurren en horas).

Los periodos de ánimo normal son impredecibles. Los pacientes suelen sentir que su estado de ánimo está "fuera de control".

El abuso de alcohol y otras sustancias es frecuente. Entre 5-10% presentan dependencia de sustancias.

Principales datos epidemiológicos del trastorno ciclotímico o ciclotimia

Prevalencia (porcentaje de la población que, a lo largo de su vida, padece T. ciclotímico): 1% de la población general, aunque puede ser mayor, por infradiagnóstico.

Sexo: Más frecuente en mujeres (3:2) que en hombres.

Edad media de inicio: Entre 15-25 años (el 50-75% casos).

Frecuente coexistencia con Trastorno límite de la personalidad.

Cuáles son las hipótesis sobre los factores genéticos de la ciclotimia

Datos genéticos avalan la pertenencia de la ciclotimia a los Trastornos del estado de ánimo:

30% tienen Hª familiar de TB-I (% similar a la de los propios TB-I).
También los TB-I tienen Historia familiar de Trastorno ciclotímico.
1/3 de los ciclotímicos evolucionan a Trastornos afectivos mayores (son especialmente sensibles a la hipomanía inducida por antidepresivos).
Algunos autores defienden la relación de la ciclotimia con el Trastorno de personalidad límite.

¿Cuáles son los síntomas de un trastorno ciclotímico o ciclotimia?

Inestabilidad del estado de ánimo, con muchos periodos de depresión y euforia, con o sin periodos libres de síntomas, durante al menos 2 años.

Los periodos de depresión y euforia no cumplen criterios (intensidad, duración) de episodio maniaco, mixto, o Depresivo Mayor.

En algunos de los períodos depresivos tienen que presentarse, al menos, 3 síntomas de entre los siguientes:

• Disminución de la vitalidad o actividad
• Insomnio
• Disminución en la confianza y autoestima, o sentimientos de inferioridad
• Disminución en la concentración
• Aislamiento social
• Disminución del interés o satisfacción por actividades placenteras
• Disminución de la locuacidad
• Pesimismo sobre el futuro y cavilaciones sobre pasado.

En algunos de los períodos de euforia tienen que presentarse, al menos, 3 síntomas de entre los siguientes:

• Aumento de la vitalidad o actividad
• Disminución de las necesidades de sueño
• Aumento o disminución de la autoestima
• Pensamiento excepcionalmente agudo o creativo
• Aumento de la sociabilidad
• Aumento de la locuacidad o ingenio
• Aumento del interés o satisfacción por actividades placenteras
• Optimismo y valoración de logros exagerados

¿Cuál es el curso de un Trastorno ciclotímico?

Aunque normalmente los síntomas claros de Trastorno ciclotímico se presentan de forma insidiosa durante la adolescencia o década de los 20 años, puede dificultar rendimiento escolar y establecimiento de amistades en la infancia. Algunos pacientes se caracterizan por haber sido en la infancia especialmente sensibles, hiperactivos, o con un estado de ánimo muy variable.

El curso es crónico y fluctuante y un tercio de los pacientes evolucionan a Trastorno afectivo mayor (TB-II). Con el paso del tiempo (más de 2 años) puede parecerse a TB-I.

Tratamiento

El tratamiento de ciclotimia es similar al que se ofrece en el trastorno bipolar, por lo que recurre a dos métodos:

Farmacológico. Regularmente se emplean medicamentos de tipo antidepresivo (controlan los momentos de menor actividad), antimaníaco (para estados de euforia) o ambos. El seguimiento del psiquiatra debe ser muy cuidadoso, a fin de detectar posibles efectos secundarios o ajustar las dosis empleadas.

Psicoterapia. Tiene la finalidad de que el paciente incremente el conocimiento de la enfermedad, además de que se le ayuda a desarrollar estrategias para afrontar los cambios de humor. Es aconsejable que la familia también reciba apoyo de este tipo.

De manera complementaria, se ha observado que el manejo de tensión, estrés y dudas generadas sobre este padecimiento tienen respuesta favorable cuando el afectado y su familia se unen a un grupo de apoyo.

Finalmente, debemos mencionar que es muy probable que la ciclotimia necesite tratamiento a largo plazo, incluso de por vida, y que existe el riesgo de que progrese hasta convertirse en trastorno bipolar en 15 a 50% de los casos. La vigilancia médica mejora notablemente el nivel de vida y reduce en gran medida el riesgo de incurrir en actividades peligrosas.