No soy quien para juzgar a nadie pero si me creo con el derecho a preservar mi intimidad, meterse en la vida de los demás sin que esos "demás" te lo permitan es un tanto arriesgado.

Siempre he pensado que la libertad, la intimidad y todos esos sentimientos que nos hacen únicos son el hilo conductor que nos unen a los demás, si no respetamos unas normas de comportamiento adecuadas hacia los que nos rodean, mala cosa... Aunque doy por hecho que siempre somos y seremos juzgados tenemos que tener la audacia y la delicadeza de que no nos juzguen por cometer el mismo error dos veces, hay personas que no lo pueden evitar, una y otra vez vuelven a tener las mismas actitudes, los mismos pensamientos y amigos míos eso ya es reincidir...¿Qué hacer entonces? muy sencillo, cortar esos hilos que nos unen para nunca más unirlos, en ocasiones es bueno y saludable "cortas cabezas"...¿por qué no?, no somos angelitos del cielo ni personas dotadas de virtudes mil, si hay que hacerlo se hace sin reparos ni remordimientos.

No voy a ser yo el que deje caer la "espada de Damocles" sobre nadie, esos "nadie" saben muy bien que hacen y como lo hacen, que todos y nadie se den por aludidos, mi única intención es la de hacer una reflexión sobre circunstancias de la vida, sobre comportamientos erróneos que debiéramos evitar.