Entre nubes silenciosas músicas lejanas,

las músicas de ese viento sur que anuncia

el cambio de estación, llega el otoño...



Otoño de marrones y rojos intensos,

que dibuja siluetas de árboles desnudos

y deja al descubierto corazones en troncos

dibujados en noches de verano testigos de

promesas de amor eterno...



Entre nubes silenciosas llegan las tardes de

largos paseos, esas tardes con aromas a

hojarasca húmeda y seca, esas tardes húmedas

en las que el recuerdo de un verano efímero y

fugaz parece difuminarse ante la belleza del

susurro de esa brisa danzarina que acompaña

el caminar.



Atardecer rojo atardecer, brillos y destellos

que lentamente van dibujando las sombras de

la noche y esas lunas, las lunas del otoño que

buscan llantos que consolar y soledades que

acompañar...



Lunas viejas y nuevas, otoños nuevos y viejos

y los años, tantos años que vivir...mirando cielos

nublados, escudriñando de entre las nubes algún

resquicio de humanidad...si...humanidad...porque

otoño es melancolía, melancolía y soledad, soledad

y reflexión...mundos encontrados, realidades que

se mezclan con la irrealidad más absoluta...y hojas

secas mezcladas con miseria y palabras sin sentido...

y las lunas siguen brillando en los cielos de este otoño...

y tantos otoños que vendrán...



Lunas de otoño...encontrar aquellas hojas más bellas

y tentar al amor...a los sueños...a la comprensión....

Lunas de otoño...soñar...danzar...cantar y llorar...

como la misma humanidad...que no sabe hacia donde va....