Cuento original de Adela Montoya Morón.

Existió una vez, hace mucho tiempo, un país oscuro, era de colores grises, casi negros y por eso era un país muy triste. Sus habitantes eran muy tristes, las casas eran grises con ventanas de cristales negros, las calles, los carros y los caballos eran grises y los árboles y las flores eran muy, pero que muy grises.

Otros habitantes de otros países en donde existían los colores, cada vez que pasaban por ese triste país se tapaban los ojos para no verlo porque sabían que la malvada bruja “Troka” era la culpable de ése espantoso maleficio. Ella quiso ser la dueña absoluta de ese país, poder hacer todas las maldades que se le ocurriera y someter a todos sus habitantes a sus terribles caprichos… y como ellos no quisieron, la horrible bruja los convirtió en grises y tristes…

Un día, un niño de siete años pasaba por allí, no se tapó los ojos, pudiendo ver el triste espectáculo de un país tan tan triste. Le dio tanta pena que se tumbó en una roca, fijó la vista en el cielo y esperó a que fuera de noche y saliera la luna. Así fue, la luna lunera salió y el niñito que se llamaba ‘Tano’, vio con horror que la luna también era gris…

Se sentó en la roca y le dijo a la luna: ¿Todo éste país es así de triste y de color gris, por tu culpa? Y la luna le contestó. ¡No!, no es mi culpa, la culpable es Troka, la malvada bruja… Yo siempre he sido de éste color, ¿No sabes que soy un planeta muerto desde hace miles de millones de años? Y el niño muy asombrado le dijo: Pues no lo sabía, pero oye luna ¿Y si alguien te pintara de colores? Yo te puedo decorar con muchos colores y así, cuando salgas por las noches, tus reflejos serán de colores… ¿No crees que sería estupendo? ¡Todos los habitantes de éste tristísimo país tan gris, serían muy felices, ¿Qué te parece, luna? A la luna le pareció muy buena idea y entonces TANO le dijo: échame una cuerda muy larga que yo subiré con mis pinturas y te dejaré vestida con miles de colores, verás que guapa vas a estar.

La luna, que como era muy coqueta y femenina, se puso muy contenta y le echó una cuerda muy laaaarga, muy laaaarga y el niño con muchos cubos de pinturas subió y subió por esa cuerda mágica y llego hasta la luna lunera. ¡Hola luna! ¿Cómo te llamas? Me llaman Catalina, y a mi novio el Sol, le llaman Lorenzo… ¡Ah! Dijo el niño, mi madre canta esa canción muchas veces, es muy antigua y dice: “Al Sol le llaman Loren, Lorenzo y a la luna, luna Catalina lina, cuando se acuesta Loren, Lorenzo, se levan levanta Catalina, lina”…
Sí, dijo la luna, esa vieja canción la compuso mi abuela Cascabelera, era una luna muy alegre y simpática, le llamaron así porque cuando cantaba sonaban millones de cascabeles de distintos sonidos y se llenaba todo el universo de música alegre.
El niño se quedó muy sorprendido y dijo: ¡Vaya! Así que tu abuela se llamaba Cascabelera, tú Catalina y el Sol Lorenzo, y… ¿Hay alguien más?, la luna le dijo, pues sí, tengo tres hermanas que se llaman “Media luna” “4º creciente” y “4º menguante”… ¡Oh! Dijo el niño muy asombrado, entonces por eso no se ve siempre la luna redonda como hoy, sois cambiantes, ¡Qué curioso!... Sí, así es, dijo Catalina, a eso se le llama “Ciclos lunares”.
Bueno luna, vamos a trabajar, primero te voy a pintar esos ojos grises apagados, que no me gustan, te los cambiaré por unos enormes y preciosos ojos azules… y lo hizo. Ahora te pintaré una bonita nariz… y lo hizo. Y ahora te voy a pintar unos labios bonitos y carnosos para que tu sonrisa sea preciosa… y lo hizo. Todo esto con un fondo rosa para que se vea tu piel… y lo pintó.
La luna sacó su espejo mágico y cuando se miró, exclamó ¡Oh, qué guapa soy! ¡Gracias TANO! Siguió mirándose en el espejo y de repente dijo, ¿No crees que me falten adornos de colores? Se me ocurre una idea, ¿por qué no me pintas una gran corona de flores alrededor de mi cabeza? Y TANO que era muy complaciente y muy bueno le pintó una preciosa corona de flores, rosas, claveles, violetas, crisantemos, margaritas y muchas más. La luna se quedó encantada y maravillada al verse tan guapa y llena de tantas flores olorosas y con tantos colores, y agradecida, abrazó al niño con sus dos brazos mágicos. TANO que estaba muy cansado de tanto pintar, se quedó profundamente dormido en los brazos de su amiga Catalina y ella le dejo descansar, tapándolo amorosamente con su manto de estrellas brillantes, El niño durmió todo el día siguiente, hasta que la luna lunera lo despertó cuando empezaba a oscurecer… TANO, despierta que tengo que trabajar, voy a empezar a mandar mis rayos de luz de luna. TANO se despertó y pudo ver el éxito del trabajo de su amiga Catalina.
Los rayos de la luz de la luna, llegaron felizmente al país gris y triste, y desde el cielo pudo ver que ese país se transformaba con los preciosos rayos de la luz de la luna…
Cuando sus habitantes de despertaron vieron asombrados y maravillados, que su triste y gris país había vuelto a ser un país de colores alegres y brillantes. Todos salieron a la calle contentos y alegres. Hacía mucho tiempo que habían tenido que vivir sin colores por culpa de TROKA.
Hicieron muchas fiestas durante mucho tiempo y fueron desde entonces sumamente felices.
Cuenta la historia del tiempo, que nunca más se oyó hablar de la malvada bruja. TANO se quedó a vivir en ese país y todos fueron felices y los domingos, comieron perdices.
……Y colorín colorado, éste cuento se ha acabado……

Ésta es mi Moraleja: Vacía tu vida de penas y tristes colores, echa el mal fuera de ella, llénala de colores alegres y duraderos, para lograr ser feliz.

A. Montoya