Mi caricia deja huella

Jajaja. Tienes razón y lo que dices me trae el recuerdo que con 6 años, peleando con otro chico caimos por la pendiente de una campa y yo me clave, poco más arriba de la rótula, un pincho de esta especie y me querían poner la inyección anti tétanos, que por entonces era una jeringa enorme y la aguja clavaban en la espalda. No sé como me creyeron, pero no me la pusieron porque cuando me preguntaron como estaba el pincho les dije que estaba limpio, cuando lo recubría el óxido. Tengo la cicatriz, no se quita. Feliz Año Nuevo, Antón.