Yo aguardo la señal para reconocerte.
Cada noche, mientras tiembla el invierno
y abatida la lluvia se derrama
y el frío elige calles y restalla cordeles,
indóciles cabellos de pronto destrenzados,
yo aguardo la señal.
Y te busco incesante, y en la música entro:
acolchada la puerta se cierra tras de mí,
la sombra me golpea y mis ojos insisten,
suelta lanza dispersa y confundida.

Por el esbelto nardo y el armonioso alerce,
sauce, flor, el oro se desnuda,
gráciles piernas, bosques, enramadas:
dime, serpiente, dónde tus anillos.
Irresistible seductora mía, sin ti mi rostro
es fervoroso girasol anclado, es alabanza inerte,
no selva trastornada, no subterránea herida
ni belleza.

Sin deseos, sin sed, sin perseguido abismo,
sin que aceches y ofrezcas y arrebates,
qué jardín, dime tú, qué jardín
se podría llamar paraíso o delicia.
Mi tentación hermosa,
cada noche te busco, cada noche.
Y aguardo tu señal, transida ya de ti
para reconocerte y entregarme.

Ana Rossetti, Llámame.



Pequeña llama instalada entre mis dedos, titilante luz viviendo en mi pecho, invisible fuego siempre encendido en mi vientre. Te guardo escondido en mis sueños, como un pirata entierra sus tesoros; te siento respirar sobre mí, como un incesante dolor que no se cura; te espero despierta cada noche, como un niño aferrado a la claridad salvadora tras la puerta; te acuno entre mis brazos, como un ciego acaricia sus libros; te escucho en el silencio, como un trueno acechando el rayo que le anuncia; te presiento en tu ausencia inmutable, como un peregrino ansía y desespera de llegar a su destino.

Llama, luz, fuego, tesoro, dolor, caricia, silencio, ausencia... las palabras que te encierran, el misterio que te envuelve.





Buenas madrunoches, a todos...





(*) Foto cedida gentilmente por StudiOH!: https://www.ipernity.com/home/studioh propietario de todos los derechos