Tierra esculpida en mundo irreales,
desdibujada, añeja y dura, como la vida,
tempestades crueles de algo que fue...
turbios tiempos que agotan la felicidad,
la matan la eliminan...

La mañana temprana deja pasar haces
de luz otoñal y los prismas de aquellos
lugares se difuminaron en cien o mil
colores, eran los colores de muchas
vidas y demasiados recuerdos...


Sábanas echadas al verde intenso de
praderas que alguna vez se perdieron
y nunca encontramos, eran las sábanas
de esa niñez, la niñez de los dos reales...


Vidas vendidas en subastas como reliquias
santas, y al final quedan los viejos jardines
abandonados, donde los viejos magnolios
guardan la memoria de los años, secretos
de paseos prohibidos...de mundos ocultos,
llenos de bellezas efímeras y caducas...


Las escaleras viejas, gruñen...
Vidas que ya no son vidas, son recuerdos,
¿Qué fue de aquellos lugares?,
¿Quizás fueron destruidos?
¿Quizás no los recordamos?
¿Quizás la memoria se perdió?