Mahatma Gandhi es un referente que bien podrían haber tomado como ejemplo todas las personas que en estos últimos días han estado conviviendo en las plazas de toda España, con mensajes muy claros, sin violencia, unidos, sin fisuras, creo que era necesario algo como lo acontecido para que a quienes correspondan se den cuenta que algo está cambiando y que algo debe cambiar. No hace mucho una polítca de este país de renombre decía que a las democracias no se las debía poner apellidos, y me dio que pensar, en un princio, debo reconocer que quise entender lo que quería expresar, así se lo expresé a un amigo y gran conversador que entre copa y copa en ocasiones debatimos de lo divino y lo humano...pero pronto me di cuenta de lo equivocada que estaba esta señora, a la democracia no se le ponen apellidos, no es necesario, la democracia tiene un único significado, es el que cada uno le quiera dar, todas las palabras que la pongamos delante o detrás...buenas o malas...son sencillamente necesarias, porque reconozcamoslo...no voy hacer ningún tipo de demagogía ni mucho menos criticar a esta forma de gobierno que sin duda es la que de verdad une a los pueblos...pero en ocasiones...la grietas infranqueables que se crean, son ciertamente preocupantes.

La democracia sin el pueblo no existiría y el pueblo sin la democracia existiría pero...¿de qué forma?...muchos pueblos existen sin ella, o por lo menos lo intentan...¿qué nos diferencia de ellos?...sus políticos...¿son iguales a los nuestros? ¿piensan igual? ¿actúan igual?.

Es muy fácil criticar, es muy fácil hablar desde el otro lado de la barrera, es muy fácil dar soluciones cuando uno no tiene la responsabilidad de tomar decisiones difíciles y comprometidas, pero a veces, un presente gris obliga a dar respuestas rápidas y contundentes para que el futuro sea claro y diáfano...

Está claro que el camino recorrido hasta ahora no ha sido bueno, ¿alguien lo hubiera hecho mejor? a raíz de la situación ya no en España sino en todos los demás países de nuestra querida Europa...no hace mucho leía unas palabras de un antiguo presidente del gobierno de nuestro país, hablaba de apretarse el cinturón...estuve haciendo unas pequeñas investigaciones y desde luego, él lo llevaba bien holgado...que desfachatez...que tremenda osadía...y lo decía con INDIGNACIÓN...¿quién tiene derecho a conjugar el verbo indignar?...