Las nubes se esconden entre los árboles que un día yo tatué, un día en que el cielo era triste y gris, dibujé un corazón sin sangre, una flecha sin rumbo lo traspasó, el silencio lo acompañó en su agonía y algunos sueños sin cumplir...

Estátuas volátiles en el cielo con formas que en mi mente se dibujan como un adiós, un hasta siempre.

Sentí la calidez de la lluvia estival que se incrustaba en el corazón de aquel árbol en el que se dejaban ver cientos de viejos corazones de amores de juventud.

Sentidos de realidad pasajera, figuras caprichosas de nubes lejanas que en mi mente intentaba moldear...

¡Corre, ve allí, donde rompen los algodones blancos! donde nadie puede llegar, busca una nube blanca y moldea un corazón, encuentra la paz del cielo, de lo infinito de lo irreal...