Vienen de nuevo arreglar un servicio, y me estoy cansando de tanto polvo, no los polvos esos que comentan por ahi, el de pasar un rato bueno. Este polvo mancha, te hace toser de como entra en las vias respitarorias. El mango de mi fregona está desgastado y las palmas de mis manos tienen callos.
No soporto sentirme incomoda en la casa, cuando todo está pata arriba. Cuando la locura me viene, me dan ganas de vender la casa y salir huyendo como una cobarde. Pero es una irrealidad comoda de la mente por desesperación ante la idea de no volver a coger la fregona.
Quiero tumbarme en el sofá y beber a sorbo una cerveza, dejarme llevar por ella, quedandome dormida en el.
No, no hay brazos, esta el brazo del sofá que se deja acariciar por mi piel.
No se mueve, todo lo hago, la postura de la cabeza, las piernas estiradas, y la tele gesticulando, con ese sonido tecnologico.